Tras el largo viaje en autobús, llegamos a la capital francesa el lunes por la tarde. Especialmente emocionante: al mismo tiempo se celebraban en París los Juegos Paralímpicos de 2024, lo que daba a la ciudad un ambiente muy especial. Había competiciones deportivas y festejos por todas partes, lo que hacía aún más emocionante la ya de por sí animada ciudad.
Durante nuestros días en París, visitamos muchos de los famosos monumentos que ofrece la ciudad. La Torre Eiffel, que admiramos desde muchos ángulos (e hicimos innumerables fotos), fue por supuesto uno de los principales puntos de interés.
El martes fuimos de excursión a Versalles, donde exploramos el magnífico palacio y sus enormes jardines. Fue impresionante sumergirnos en este mundo histórico. Una visita al Louvre, donde nos maravillamos ante la mundialmente famosa Mona Lisa, y un paseo por los Campos Elíseos nos permitieron experimentar de primera mano el encanto especial de la ciudad.
La visita a las catacumbas de París fue una experiencia especial. Estos misteriosos pasillos subterráneos nos mostraron una cara completamente distinta de la ciudad y a muchos de nosotros nos dejaron impresiones duraderas. Estos días crearon innumerables recuerdos compartidos que nos acompañarán a lo largo de nuestro último año.
La coronación de nuestro viaje tuvo lugar el jueves por la noche: Cenando juntos en un restaurante típico francés, justo a los pies de la iglesia del Sacré-Cœur, no sólo disfrutamos de la deliciosa cocina francesa, sino también de la vista de París iluminada por la noche. El ambiente festivo de la ciudad, caracterizado por los Juegos Paralímpicos, y nuestras propias experiencias hicieron de esta velada algo muy especial.
El viernes por la noche, agotados pero felices, regresamos a Gronau a las 21.00 horas. Todos recordaremos este viaje escolar como uno de los grandes momentos culminantes de nuestro último curso. No sólo nos unió más como clase, sino que también nos demostró lo valioso que es pasar tiempo juntos con los amigos.